El TCE tendría que sufrir cambios significativos para suprimir las graves amenazas que representa para el clima. Los combustibles fósiles tendrían que ser excluidos de la protección de inversiones que ofrece el Tratado, y el mecanismo ISDS tendría que ser totalmente eliminado. Sin embargo, esto no puede suceder: todos los cambios al Tratado tienen que ser acordados de forma unánime por los 53 países signatarios. Algunos de estos países ya han dejado claro que no quieren realizar ninguna modificación al TCE. Esto significa que el actual proceso de "reforma" del TCE no dará lugar a un tratado compatible con la transición a las energías limpias.
Cuanto más tiempo permanezca el TCE en vigor, más inversiones en combustibles fósiles quedarán protegidas bajo este tratado. En lugar de perder el tiempo en reformar un tratado que no puede ser modificado, pedimos al mayor número posible de países signatarios del TCE -y en especial a la UE y a los Estados miembro de la UE- que se retiren del Tratado de la Carta de la Energía.
Sin embargo, abandonar el TCE no es suficiente. Al abandonar el Tratado se activa una cláusula de supervivencia -también conocida como cláusula zombi- que permite a los inversores demandar a los países hasta 20 años más por las medidas que afecten a las inversiones realizadas antes de la fecha de salida. Por lo tanto, pedimos a los países que se retiren del TCE de forma conjunta, y que previamente concluyan un acuerdo adicional entre los mismos para revocar su consentimiento a recibir demandas ISDS por parte de inversores que tienen su sede en otro país que también se ha retirado del Tratado.
Los gobiernos europeos deben entender que no hay tiempo para la inacción y que tienen que abandonar el TCE lo antes posible con el fin de despejar el camino a una transición rápida hacia las energías limpias.
Tenemos esperanza de que esto ocurra ya que la movilización está creciendo.
En diciembre de 2019, 278 grupos y colectivos de la sociedad civil y sindicatos de los Estados signatarios del Tratado publicaron una carta abiera sobre el proceso de modernización del TCE.
En octubre de 2020, el Parlamento Europeo aprobó una enmienda a la ley europea sobre el clima que establece que "La Unión pondrá fin a la protección de las inversiones en combustibles fósiles en el contexto de la modernización del Tratado sobre la Carta de la Energía"...."
En noviembre de 2020, más de 280 diputados y diputadas del Parlamento Europeo y de los Parlamentos nacionales de 20 Estados miembro de la UE pidieron a los gobiernos europeos que se retiraran del TCE si la protección de las inversiones extranjeras en combustibles fósiles no se elimina del Tratado.
También sabemos que Francia, España y Luxemburgo están a favor de una retirada conjunta del Tratado si la reforma del TCE fracasa. Esto significa que la presión está creciendo a nivel interno y que necesitamos fortalecer estas voces construyendo una presión pública fuerte a nivel externo.
Por ello, hemos elaborado esta carta con el fin de alertar a las y los dirigentes europeos y al resto de países signatarios del Tratado. Seguiremos recogiendo firmas hasta que nuestras peticiones sean escuchadas. Les agradecemos que colaboren en dar a conocer esta carta.
Esta carta ha sido iniciada por dos científicas, la Prof. Julia Steinberger y la Dra. Yamina Saheb, ambas autoras principales del próximo informe del IPCC.